Introducción

Antes de iniciar este mensaje profético, se hace necesario que hagamos un breve repaso del mensaje del año anterior y que hablemos un poquito del significado de los números. Cuando les hablé a ustedes del diecinueve, el Año de Cumplimiento y Terminación, les dije que el nueve es un número que está incompleto, donde necesita uno para ser diez, o en el caso de diecinueve, diecinueve más uno es veinte. Consultando información de personas que son expertas en numerología, vimos su significado, aunque en realidad los mensajes que les expongo no tienen nada que ver con lo que ellos dicen, sino con lo que la Biblia dice. Aunque yo estudio, Dios me revela [bendita la gracia de Dios]. No es suficiente tener los significados del número, hay que ver cómo la Biblia usa esos números y qué significan a la luz de la revelación de Dios, como lo vamos a ver ahora.

Dios ama lo que está completo, “… estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Fil 1:6). Dios nunca llega tarde, él tiene una manera perfecta de computar el tiempo y va a insistir hasta que logre lo que se propuso. Él no va a dejar nada inconcluso, aunque dure milenios para cumplirlo, tarde o temprano lo va a cumplir. Y lo podemos ver en el caso de Abraham que agonizó por veinticinco años, desde los setenta y cinco que recibió el mensaje de Dios hasta los cien, pasaron veinticuatro años, y es en el año noventa y nueve cuando Dios hace el pacto con él y los circuncida a él y su casa. JAH le dice a Abram en su año noventa y nueve: Ciertamente Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Isaac; y confirmaré mi pacto con él como pacto perpetuo para sus descendientes después de él. […] Mas yo estableceré mi pacto con Isaac, el que Sara te dará a luz por este tiempo el año que viene” (Gén 17:19,21). Y dicen las Escrituras que de cien años era Abraham cuando nació Isaac (Gen 21:5), lo cual son cinco veces veinte.

El año pasado hablamos más del número veinte que del mismo diecinueve, porque el diecinueve espera el veinte, espera lo que está completo. Ahora hemos llegado al año veinte, y nosotros hemos tomado el mensaje del diecinueve como una ilustración profética muy bonita, pero Dios no está jugando a la profecía con nosotros. Él ha visto que hemos tomado livianamente los mensajes proféticos, y por eso Él dice: «Yo no voy a seguir dando mensajes hasta que ustedes no tomen en serio este asunto». Y yo, como profeta e instrumento de Dios, estoy enfermo, por eso estoy en debilidad, y no solamente yo, algunos ancianos y líderes han tenido que ir al doctor con piedras en los riñones, otros por diferentes enfermedades, y como yo, han sido impedidos de estar aquí. Dios ha dado señal y de ahora en adelante no vamos a jugar a los números ni a las profecías. Créanme que Dios está en serio. Yo no quiero más seguir siendo señal profética porque he pagado un precio muy fuerte estas siete semanas en mi casa, como un pájaro que ha perdido el nido… muy complicado… Pero ahora entiendo lo que está sucediendo y lo verán al escuchar este mensaje.

El significado de los números

El significado del veinte está muy ligado al diecinueve. El diecinueve es igual a veinte menos uno; significa que falta una unidad, una etapa u obra para llegar al cumplimiento, a lo completivo o al fin del proceso. Usamos la palabra teleios o telos que significa fin. En el mensaje profético del 2019, vimos la parábola de aquellas cien ovejas, que al perderse una, el buen pastor dejó en el redil las noventa y nueve para ir a buscar la oveja que se había perdido (Mat 15:1-6). De noventa y nueve, faltaba una para llegar a cien, que es cinco veces veinte. También sobre la historia de la dracma perdida, eran diez dracmas y se perdió una; la mujer barrió la casa de arriba abajo para buscar la dracma perdida, para completar el número diez (vv. 8-9). El número 10 significa totalidad y lo completo. Veinte es igual a dos veces diez, esto es doble totalidad; el veinte aumenta el significado del diez porque lo duplica, dando a entender que el mensaje es concentrado.

En la Biblia cuando algo se repite dos veces implica que requiere atención y urgencia. Por ejemplo: Josué interpreta a Faraón los dos sueños que tenían un solo significado, era uno solo en cuanto a la interpretación. Pero dice en Génesis 41:32 Y el suceder el sueño a Faraón dos veces, significa que la cosa es firme de parte de Dios, y que Dios se apresura a hacerla”. Entendemos entonces que cuando algo se repite más de una vez significa que es firme delante de Dios. Igualmente, cuando Jesús dice: “en verdad, en verdad os digo” o cuando se dice Amén y Amén” que es la misma palabra de cierto. En el Salmo 62:11 dice: Una vez habló Dios; Dos veces he oído esto: Que de Dios es el poder…”, así que el duplicar la expresión o el mensaje, eso lo intensifica.

Sabemos que el diez es uno de los números llamados perfectos, representa el orden perfecto. El diecinueve es una combinación de diez y nueve, lo cual denota la perfección del orden divino en su relación con el juicio, porque el diez es el número de la totalidad, de lo que está completo, y nueve es número de juicio. El nueve significa que falta una unidad para llegar al diez a lo completo, pero ya el diez significa que algo llegó a su totalidad, llegó a lo máximo, a lo completo, implica que no falta nada, llegó al orden perfecto en su ciclo. Por ejemplo: Noé completó la era antediluviana en la décima generación. Los diez mandamientos contienen todo lo necesario y no más que lo necesario tanto en cuanto a su número como su orden, contienen el completo deber moral del hombre para con Dios y para con su prójimo, por eso los diez mandamientos. Los diezmos (diez) representan la totalidad de lo que debía el hombre a Dios, como marcando y reconociendo la demanda de Dios como dueño y Señor de todo. Las diez plagas eran representativas del ciclo completo de los juicios de Dios sobre Egipto. En Éxodo 9:14 dice Dios: Porque yo enviaré esta vez todas mis plagas a tu corazón, sobre tus siervos y sobre tu pueblo, para que entiendas que no hay otro como yo en toda la tierra”; es decir, esas todas eran diez.

El poder mundial del anticristo se comprende en los diez reinos simbolizados por los diez dedos en los pies en la imagen del sueño de Nabucodonosor (Daniel 2:41). Para que puedan contextualizar lo que significa el diez, deben estudiar todo el capítulo 2, por los diez cuernos de la cuarta bestia de la visión de Daniel según Daniel 7: 7,20 y 24; Apocalipsis 12: 3, 13: 1, 17:3, 7 y 12. Diez naciones significan la totalidad que han de ser la escena de las posesiones pactadas de Abraham (Génesis 15:19). Dios habla de las diez naciones cananeas que Él iba a sacar de Canaán para poder cumplir el pacto de dar esa tierra a su pueblo. Las diez rebeliones de Israel en el desierto según Números 14:22 marcan la serie completa de las perversiones de Israel. Dios dice en Números 14:22-23: … me han tentado ya diez veces, y no han oído mi voz”, es decir que diez veces le provocaron y se rebelaron diez veces contra Dios. Labán le cambió el salario a Jacob diez veces (Gén 31:7). La décima generación completa y representa toda la existencia de una familia o nación: No entrará amonita ni moabita en la congregación de Jehová, ni hasta la décima generación de ellos; no entrarán en la congregación de Jehová para siempre” (Deuteronomio 23:3). Las diez vírgenes, por su parte, representan la totalidad de la nación de Israel en distinción al remanente elegido que es la esposa; mientras cinco denota a aquellas que por gracia podrán decir: He aquí, éste es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará; éste es Jehová a quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación (Isa 25:9). Como vemos, el diez sigue hablando de totalidad, y hay un sin número de ejemplos que pudiera dar, pero creo que a este punto ya lo hemos entendido.

Ahora estudiemos el número veinte. Veinte es el doble de diez y puede en algunos casos significar su sentido concentrado (algunos lo relacionan con el veintiuno). El veinte era un ciclo importante en la vida de un hombre porque representaba la edad para el servicio militar (Números 1:1-3; 30:1-16). Asimismo, el voto especial que alguno realizara según el siclo de santuario que era de 20 siclos para los que tenían más de veinte años en adelante. Y según Números 14:26-30 (especialmente el versículo 29) todo el que tenía veinte años en adelante moriría en el desierto por causa de la desobediencia. ¡Ojalá que no se muera nadie aquí de veinte años o más!

Veinte años esperó Jacob para conseguir la posesión de sus mujeres y propiedades (Génesis 31). Ahí está el diez otra vez, como la totalidad del engaño, pero duró veinte años trabajando (vv. 38-41). ¿Cuándo mandó Dios a salir a Jacob? En el año veinte. Dios aparece a Jacob en el año veinte y le dice: «Se completó el abuso, se completó la explotación, terminó tu prueba; yo te traje aquí para mi propósito y convertirte de un Jacob (que significa engañador) a un Israel». Y aunque Jacob estuvo pagando el engaño que hizo a su hermano (Gén 27:36) con uno diez veces más engañador que él (Labán), se estaba cumpliendo un propósito. Y mientras vemos todo el proceso que Jacob pasó, pensemos cuál fue la experiencia de Jacob en el año diecinueve. Él no sabía que en el veinte venía la liberación. Y por lo que se ve en el contexto las cosas se complicaron en el año diecinueve, volviéndose insoportable la situación. Solamente Dios sabía que en el año veinte se iba a completar la prueba y venía la liberación, solo Dios lo sabía. Por eso, como nosotros no sabemos el plan de Dios, hay que vivir cada día esperando lo que sigue hasta que Dios termine lo que comenzó. Dios es fiel, Dios te aflige hasta el día señalado, hasta que llega tu año veinte donde se completa doblemente el tiempo señalado.

El año veinte es un año de liberación. Veinte años esperó Jacob para ser librado del yugo de Labán. El año veinte fue el fin de su aflicción y de la explotación por parte de su suegro. Dios lo probó y lo aprobó. Era necesario que Jacob el engañador fuese procesado para Dios transformarlo en Israel. La casa de Labán fue simplemente la escuela de Dios para Jacob. A veces nos desesperamos y queremos que llegue nuestra liberación; pero Dios no enviará liberación hasta que aprendamos lo que tenemos que aprender en el lugar de la prueba.

Israel peregrinó en el desierto cuarenta años, y en cuarenta años vivió de cuarenta y ocho a cincuenta y dos estancias, y en cada lugar Dios enseñaba algo, y Dios no sacaba a Israel de esa estancia hasta que aprendieran lo que Dios quería enseñarles. El Señor en su soberanía determinó que veinte fueron los años para completar su obra de prueba en la vida de Jacob. En esos veinte años Labán le cambió el salario diez veces; esto es equivalente a cada dos años, entiendo que cada dos años en lugar de aumentarle le reducía, o lo que le aumentaba, por ejemplo, cien dólares —en moneda actual—, y se lo rebajaba el año próximo, así que siempre se quedó con el mismo salario. La situación era insoportable, intolerable, pero era necesaria esa situación para enseñar a Jacob: honradez, rectitud y carácter. Dios es un Dios de propósito, y no aflige innecesariamente a los hijos de los hombres (Lam 3:33); cuando él lo hace es porque tiene un plan mejor. En Génesis 32:28 vemos que Dios llevó a Jacob a Peniel donde tuvo el encuentro con el Señor, y ahí se reconcilió con su hermano. Así que el año veinte fue una escuela de preparación y liberación, y también de restauración. Por lo cual, el que camina con Dios debe conocerlo para no tropezar, no angustiarse y no atribuirle despropósito alguno.

Cuando ya Jacob sale de la casa de su suegro le mandó recado a su hermano de su regreso, dice la Palabra que Esaú también venía a recibirle y trajo cuatrocientos hombres con él (Gen 32:6). Algo que da cierto recelo y gran temor, pues nadie viene a saludar con tantas personas, especialmente si la relación no es la mejor. Parecía que la intención no era buena, pero Jacob un hombre muy astuto, separó el campamento y preparó embajadas, enviando una serie de siervos con regalos, que pasaran adelante después de cierto tiempo y a cierta distancia, para ablandar el corazón de su hermano, y cuando llegara a su encuentro estuviera ya manso y tranquilo (vv. 7-20). Si estudiáramos la relación que tienen esos regalos con el veinte veremos que Jacob envió: doscientas cabras (20×10); veinte machos cabríos (20×1); doscientas ovejas (20×10); veinte carneros (20×1); treinta camellas paridas con sus crías (20×3); cuarenta vacas (20×2); diez novillos (la mitad de veinte, 20); veinte asnas (20×1); y diez borricos (la mitad de veinte, 10), que unidos los novillos y borricos son 20. Por tanto, los animales que le regaló Jacob a su hermano más que un aparente presente, fueron también una compensación, es decir juicio y consumación. En otras palabras, si usted no ve que en el año veinte Dios lo restaura en su relación con su hermano, los regalos del engaño de él son una compensación. Jacob le está pagando al hermano por el engaño de la primogenitura. Dios es justo.

Ahora miremos el tiempo de los jueces, trescientos años donde Dios trató con Israel. Ellos se extraviaban, Dios los afligía, los entregaba en manos de un pueblo enemigo, clamaban a Dios en su aflicción y Dios oía su oración, los liberaba, hasta que caían nuevamente en cautiverio. En una de esas ocasiones, volvió Israel hacer lo malo delante de los ojos de Jehová, y él los vendió en mano de Jabín rey de Canaán quien los oprimió por 20 años (Jueces 4:2-3). Entonces el pueblo clamó, y Dios usó a Débora y a Barac para derrotar a Sísara capitán del ejército de Jabín. Este salió corriendo y llegó a pie a la casa de Jael, para esconderse. Esta mujer le dio albergue en su casa, lo escondió y después con una estaca lo mató (vv. 17-22). Veinte años esperó Israel un libertador que pusiera fin a la opresión de Jabín. Así que a los veinte años vino la liberación. Una vez más el año veinte aparece aquí como el año de la liberación, donde se completa la opresión y viene la liberación. Del diecinueve al veinte se completa la opresión, llega al clímax, a lo máximo, a lo que Dios ha determinado como necesario para lograr su propósito.

Dios quiere liberar, pero todavía hay esclavitud, porque aún no se ha entendido. ¿Cómo va Dios a sacar a Jacob antes de tiempo? Es como cuando usted saca del horno un pan que no está todavía cocido. Dios no te puede sacar de la opresión o de la escuela de la aflicción hasta que tú no estés listo, entonces tiene que aumentar el fuego, tiene que manifestarte que todavía no ha llegado el tiempo. En el caso nuestro, aplicando, el tiempo llegó de dar a luz, pero nosotros estamos muy entretenidos pensando que esto de los años proféticos es una manera linda de Dios de estimularnos al final del año para comenzar el otro. Pero Dios no está jugando a la profecía. Dios permitió que Jabín rey de Canaán oprimiese cruelmente a Israel por veinte años, esto lo hizo como castigo o disciplina por su idolatría y por hacer lo malo delante de los ojos de Jehová. Pero en el año veinte se completó el tiempo de la disciplina del Señor y vino el año de la independencia, de la liberación. Cuando se completa el tiempo de la escuela de Dios, del trato, de lo que Dios nos quiere enseñar, siempre en el año veinte llega la liberación.

Veinte años esperó Israel su liberación por medio de Sansón, pero su obra nunca llegó a ser completada. Sansón fue un hombre que Dios lo eligió para liberar a su pueblo en el año veinte, pero debido a su mala administración de la unción y la carnalidad, solamente comenzó la liberación y no la terminó, por lo cual, en el año que Israel debió ser libertado, no fue libertado porque él no fue idóneo ni consecuente. Él comenzaba, pero no terminaba. ¡Qué triste cuando llega el año de la liberación y tenemos que seguir siendo esclavos, y Dios tiene que extender los años porque llegado el cumplimiento del tiempo y no estamos listos!

En 1 Samuel 7, vemos que el arca estuvo presa, la presencia de Dios estuvo retenida veinte años, porque Israel como Sansón no conoció el tiempo de su visitación. Dice la palabra: Desde el día que llegó el arca a Quiriat-jearim pasaron muchos días, veinte años; y toda la casa de Israel lamentaba en pos de Jehová” (1Sa 7:2). La palabra hebrea para lamentar es nahah que significa gemir, llorar; de aquí la idea de llorar a gritos, no es simplemente llorar, es llorar a gritos, con gemidos. Se traduce también como endechar que es un canto triste. Es muy común de nosotros, el pueblo de Dios, cuando no vivimos consecuentemente de acuerdo con la voluntad de Dios, no entendemos el tiempo de nuestra visitación y vivimos ajenos al propósito de Dios; que cuando Dios abre nuestros ojos y vemos las consecuencias de nuestro extravío, de lamentarnos y llorar. Llorar como mujeres lo que no pudimos defender como hombres, como dice aquella famosa frase española, es muy común en nosotros lamentarnos. Dios exhorta, llama, insiste, habla, dice, pero lo tomamos livianamente, y cuando llega el momento de la verdad, y llega la aflicción por causa de desoír a Dios, entonces vienen los lloros y las lamentaciones.

El arca duró en Silo trescientos años. Todo ese tiempo inestable de la historia de Israel, Silo llega a ser la casa de Dios, pero ¿qué sucedió en Silo? El pueblo de Israel salió a la guerra contra los filisteos, y como estaban siendo derrotados, decidieron traer el caer con ellos al campo de batalla (1Sa 4:1-8). Sin embargo, los israelitas fueron derrotados y los filisteos se llevaron a su campamento el arca (v. 17), y la introdujeron en el templo de Dagón su dios, junto a Dagón (1Sa 5:2). Estudiando la peregrinación del arca desde que salió de Silo a Eben-ezer, donde se realizó la batalla y fue tomada, hasta retornar nuevamente al lugar de su morada veremos las siguientes estancias: Silo (1), Eben-ezer (2),  Asdod (3), Gat (4), Ecrón (5), Bet-semes (6), Quiriat-jearim (7) en el séptimo reposó por veinte años; en el (8) llega a la casa de Obed-edom (reinicio), y en el (9) llega a Jerusalén. Cuando Salomón hace el templo la lleva a su reposo en la estancia número (10) donde se completa la peregrinación.

Luego vemos que la construcción se tomó veinte años (1Re 9:10; 2Cr 8:1). Construir el templo era un propósito santo de Dios, tener un lugar de morada en medio de Israel. El arca fue trasladada del lugar donde la había puesto David, la estancia número 9, al lugar santísimo en el templo, su lugar permanente. Dios decide morar en la estancia número 10 del recorrido del arca como su final reposo. Y dice la Palabra que cuando estaban ahí adorando, Dios estaba tan contento que hizo descender su gloria y llenó toda la casa con ella, y dijo: Yo he oído tu oración y tu ruego que has hecho en mi presencia. Yo he santificado esta casa que tú has edificado, para poner mi nombre en ella para siempre; y en ella estarán mis ojos y mi corazón todos los días” (1Re 9:3). Entonces ya el arca no estaba matando gente, ahora llegó la bendición de Dios al lugar de la morada de Dios luego de diez estancias. Cuando se hacen las cosas como Dios manda, Dios bendice, y esa es la estancia 10 lo completo, lo total.

En el tiempo de los restauradores, vemos que en el año veinte del rey Artajerjes, Nehemías le habla al rey de la condición de su pueblo, que todo estaba en ruinas, y el rey lo deja ir a hacer la obra de restauración junto a otras ayudas. Nehemías no cobró salario todo ese año (Neh 5:14). El muro fue terminado en el mes de Adul (esto viene siendo agosto o septiembre de nuestro calendario) en cincuenta y dos días. El muro se terminó el 21 de septiembre de 444, posiblemente todavía era el año veinte de Artajerjes. En otras palabras, la ida de Nehemías y la reconstrucción del muro terminó la afrenta, el oprobio y el lloro (Neh 1:1–7; 2:17–18) en el año 20.

Ahora entramos en una parte muy importante en esta profecía, que bien la ilustra este incidente de Nehemías de los veinte años. Mientras Daniel estaba orando, humillado delante de Dios al ver que se habían cumplido ya los setenta años de las desolaciones de Israel como había profetizado Jeremías (Dan 1:2), se le acerco Gabriel y le dijo: “Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos” (Dan 9:24). Esta profecía interpretada desde que salió el decreto para edificar a Jerusalén que fue este mismo año 445 hasta Jesús el Mesías, donde habla de la fecha que fue bautizado y fue ungido, y la fecha en que fue crucificado dice, a la mitad de la semana le quitarán la vida al Mesías. Una profecía poderosísima diciendo cuándo Cristo iba a ser bautizado y cuando iba a morir en la cruz del Calvario. Y en la interpretación de aquella visión las setenta semanas la dividen así: siete semanas, 62 semanas y una semana (Dan 9:25-27). Pasan siete semanas desde el decreto al muro; desde la salida del decreto para reedificar a Jerusalén hasta el Mesías príncipe pasan siete semanas; pero la fecha que se comienzan las siete semanas es exactamente cuando Artajerjes da el decreto para reedificar a Jerusalén o sea en el 445, pues se está hablando del mismo incidente en el año veinte de Artajerjes, cuando el rey da el decreto para que se reconstruyera el muro de Jerusalén y se terminara la reconstrucción, y pasaron siete semanas.

Ahora entenderemos cuando hace dos semanas atrás yo estaba en angustia, enfermo, como el pájaro que le quitan el nido diciendo ¿cuándo va a terminar esta situación Señor? El mensaje profético estaba listo desde la última semana de diciembre, para ser predicado el 31, pero no había podido compartirlo debido a una afección en mis bronquios y una gran debilidad en mi cuerpo. Mi esposa sabe la angustia que he vivido, porque he tenido problemas serios con mi sueño, pues no encuentro un lugar que me acomode por el asunto de la respiración, y muchas otras cosas. Y orando, sin poder dormir, le digo: «¡Señor, por favor!» Entonces me duermo y oigo una voz que dice: «Dos semanas, faltan dos semanas», y ahí despierto. ¡Dos semanas! Entonces me fui a calcular la fecha de cuándo me comenzó este malestar, y recuerdo que era jueves, 26 de diciembre, 2019, y habían pasado cinco semanas exactamente, porque ese día era jueves, 30 de enero, 2020. Faltaban dos semanas, y cuando conté caen justamente hoy, 13 de febrero (número de rebelión) cuando se cumplen las siete semanas.

Pensando sobre estas siete semanas, me acuerdo de que el decreto fue dado justamente en el año veinte de Artajerjes (445), donde se inician las primeras siete semanas de las setenta semanas. Dice que el muro sería edificado en tiempos angustiosos, miren todo lo que pasó Nehemías. Esta etapa de las siete semanas que se cumplen hoy, para mí y para aquellos que aman el propósito de Dios que sufrieron conmigo fueron tiempos angustiosos. Y Dios me dice: «Pero ustedes van a vivir setenta semanas, y estas setenta semanas van a ser de humillación delante de mí». Personalmente yo no sé lo que va a pasar, puede ser que tenga que ver con la construcción del templo que tenemos proyectado, o para el tiempo cuando se termine de construir, pues ese es otro tiempo de gloria, no lo sé, porque hasta ahí sé. Pero Dios me acordó algo, cuando vivimos la experiencia del propósito en la ciudad Nueva York.

Unos años atrás, no sé si muchos de ustedes recuerdan, Radio Visión Cristiana se propuso completar los trece millones (faltaban cuatro) para comprar la emisora; y duraron cuatro años de programación pidiendo dinero a los radioescuchas, era terrible aquello. Al final ya la gente estaba cansada, hastiada y no daba nada, pero el asunto se seguía extendiendo. Entonces, el director ejecutivo de aquel tiempo de la emisora, David Greco, yo y unos hermanos nos fuimos a orar a un lugar, y estando allá humillados delante de Dios pidiendo a favor del propósito, Dios habló a través de mí y dijo: «Setenta semanas están determinadas sobre este pueblo». Y le dije a David Greco: «Comienza a contar setenta semanas desde hoy, y en abril tanto termina esto». Y yo recuerdo que ya solo faltaban cincuenta mil dólares y nadie daba nada y al final un hermano dijo: «Para terminar esto yo mando los cincuenta mil». El día señalado me llamó David y me dijo: «Radhamés esto es tremendo, hoy mismo acabamos de pagar el dinero al banco, y ya terminamos, ¡la emisora es nuestra!», porque justamente pasaron setenta semanas. Así Dios me dijo: «Ellos en la ciudad vivieron setenta semanas, ustedes vivirán también setenta semanas». Por tanto, amados, calculen desde el día de mi enfermedad, 26 de diciembre, hasta el 29 de abril de 2021 se cumplen las 70 semanas. Y Dios me dijo que este va a ser un tiempo de humillación delante del Señor, vamos a estar humillados todo este tiempo. Como dicen los dominicanos: «¡Se acabó el relajo!

Dios anuncia en el año veinte, liberación. Es el año de la liberación y la hemos esperado desesperadamente. El pastor Marcos y yo, que estamos bregando con esto de la construcción, sabemos que necesitamos una gran liberación. Hacer un plano dura un año, en el último ya tenemos seis años, y seguimos batallando todavía, eso dice todo, porque no es un edificio, sino lo que significa, que viene un tiempo de gloria. En tiempo de Nehemías el pueblo estaba oprimido, los enemigos hollaban la ciudad, destruida, porque sus puertas fueron quemadas, y el muro hecho ruinas. Pero en el año veinte Dios manda a Nehemías y comienzan setenta semanas que se cuentan también para Israel. En el año veinte viene la liberación.

Aplicación profética del 2020

 

Hasta aquí el estudio bíblico en cuanto al 20, ahora voy a la aplicación del mensaje en el que voy a repetir algunas cosas, pero para aplicar. Ahora vengo a profetizar basado en la misma palabra. La profecía mía no es un invento, sino que es sustraída de la misma palabra aplicada a nosotros. Que, así como la agudeza visual efectiva es catalogada 20/20, nosotros mejoremos la visión en este año 2020.

El año veinte fue el fin del tiempo señalado por el Señor a Jacob en la casa de Labán. Dios completó su obra de prueba en la vida de su siervo, era necesario que viviese lo que vivió. Ese era el plan o propósito de Dios para procesar a Jacob y prepararlo para transformarlo en Israel. En lo natural y circunstancial, el año veinte fue no solo el entrenamiento de Dios, sino el año de la liberación; fue liberado del engaño y la explotación y también el fin de la vergüenza, la afrenta y el oprobio. En lo humano Jacob no se atrevía a abandonar la casa de Labán por el temor de perder su familia (Gén 31:31). En el año 20 Dios liberará a muchos que se encuentran cautivos por temor a perder cualquier cosa que ellos valoran y se encuentran obligados a permanecer oprimidos en una relación de amistad, laboral o de cualquier otra naturaleza, no han decidido a tomar una decisión valiente y osada. Por eso están oprimidos, no se atreven a tomar una decisión. Otros no lo han decidido por temor a quebrantar la voluntad de Dios, de salirse del yugo antes de tiempo. Pero el Señor te dice como dijo a Jacob: «Vuélvete a la tierra de tus padres y a tu parentela y yo estaré contigo». Llegó el momento de salir, llegó el éxodo de esa situación. No temas a nada, Dios te dice, sal de ahí; cuando Dios mete, Dios saca.

Dios metió a Noé en el arca, pero luego dice la Escritura: Y se acordó Dios de Noé… Y se cerraron las fuentes del abismo y las cataratas de los cielos; y la lluvia de los cielos fue detenida” (Gen. 8:1,2) y Noé pudo salir del arca. Cuando Dios te envía él va contigo, y cuando él te mete te saca, él no te deja en el lugar, él te saca. Así que no tengas temor, no digas: «Es que yo no me atrevo, porque puedo quebrantar la voluntad de Dios». Llegado el cumplimiento del tiempo, Dios te dice: «¡Vuélvete de esa esclavitud y sigue tu marcha hacia el propósito! ¡Ven a Peniel, ven hacia el rostro, ven a buscar el rostro!» No es una casualidad que Jacob sale de la opresión de los veinte años a Peniel, a la presencia de Dios. Si tú no te decides por temor a quebrantar la voluntad de Dios, el Señor te dice como le dijo a Jacob: «Vuélvete a la tierra de tus padres y a tu parentela y yo estaré contigo, yo soy el Dios de Bet-el, donde tú ungiste la piedra y donde me hiciste voto; levántate ahora, sal de esta tierra y vuélvete a la tierra de tu nacimiento» (Gén 31:3,13).

EL SEÑOR ANUNCIA QUE EN EL AÑO VEINTE SE COMPLETÓ EL TIEMPO DE TU PRUEBA, DE TU OPRESIÓN, DE TU AFLICCIÓN Y DE TU VERGÜENZA. Este es el año de la liberación de Jehová. El Señor nos dice: «No teman salir o decidir. ¡Salgan, marchen, atrévanse yo estoy con ustedes! El tiempo es ya cumplido, basta ya, no más», dice el Señor. «Mi pueblo no será más avergonzado y explotado».  Dios dice: «Como saqué a Jacob de casa de Labán te sacaré a ti en el año veinte, con honra, con protección y prosperidad». Dice Dios: «Atrévete a soltar tu yugo de opresión, ya no estás obligado a servir a tus opresores. Solamente eran veinte años». Dios te manda a salir de la casa de Labán, el propósito de tu prueba está ya cumplido y terminado; marcha en el nombre del Señor.

Eres casa profética, Dios te hace vivir las cosas, te aplica la Palabra, vívela.   ¿No te he dicho que si creyeres verás la gloria de Dios? «Camina conmigo —dice Dios— y verás mi gloria, tengo cosas maravillosas y gloriosas que mostrarte, pero quiero un pueblo obediente, sujeto, humilde que tenga ojos para ver, oídos para oír y corazón para entender». ¡Salga la rebelión de la casa de Jehová! ¡Salga la indiferencia y la apatía! Jacob fue carnal y engañador por un tiempo, pero Dios se le apareció después de haberlo procesado en casa de Labán en Aram y lo llevó a Peniel donde vio el rostro de Dios, y Dios le cambió el nombre y por ende la naturaleza.

Sigo profetizando: ATRÉVETE A SOLTAR TU YUGO DE OPRESIÓN, YA NO ESTÁS OBLIGADO A SERVIR A TUS OPRESORES. DIOS TE MANDA A SALIR DE “CASA DE LABÁN”; EL PROPÓSITO DE TU PRUEBA ESTÁ YA CUMPLIDO Y TERMINADO. Cuando Dios sacó a Israel de Egipto despojó a los egipcios, hizo que estos pagasen a Israel los años de su servicio. Egipto se enriqueció con el servicio de Israel por cuatrocientos treinta años, ahora el Dios justo recompensa a su pueblo. Dice que salieron con grandes riquezas y despojaron a Egipto. Dios despojó a Labán y a Egipto, y también va a despojar a tus enemigos, y te va a enriquecer y te va a recompensar, y te va a devolver lo que te robaron. Nadie se quedará con la bendición de Dios en tu vida, nadie, absolutamente lo que Dios te dio a ti es tuyo. Lo mismo pasó cuando el Señor sacó a Jacob de la casa de Labán, lo despojó e hizo que las bendiciones que pertenecían a Jacob por su servicio volvieran a su siervo.

Profetizo que EL SEÑOR TE SACARÁ DE ESA RELACIÓN O ESE YUGO, O SITUACIÓN CON UNA RECOMPENSA Y UNA HONRA. YO NO SÉ QUÉ TIPO DE RELACIÓN, PUEDE SER FAMILIAR, PUEDE SER COMERCIAL, LABORAL, PERO NO IMPORTA, DIOS TE VA A SACAR DE ESA OPRESIÓN, CON HONRA. Así dice Jehová: nadie se apropiará de lo que por pacto de Dios es tu bendición. El Señor te devolverá lo que te pertenece. El que tiene oídos oiga lo que el Espíritu dice a la iglesia en el año del cumplimiento, en el año de lo completo. En el año veinte nadie se apropiará de lo que por pacto es tuyo. Dios te dice: libérate de toda relación o situación abusiva. ¿No te lo ordeno yo? dice el Señor. Si hubieras hecho esto antes yo no lo hubiera aprobado dice Dios, porque todavía no era el tiempo, pero en el año 2020 se cumplió el período de tu prueba, llegó tu liberación, corre de tu opresor como lo hizo Jacob y sal al lugar de tu nacimiento, a la tierra de tus padres y tu parentela, vuélvete a los que te aman, donde está el propósito del Padre con tu vida.

Se va toda debilidad, se va toda enfermedad, se va toda opresión; llegó el tiempo del cumplimiento de Dios. Dios sale a defender a su pueblo… Dios sale a defender a su pueblo. [¡Sergio este es tu año te dice Jehová, el año de tu liberación!] Este es el año de la liberación y de la restauración. Dios es Padre, Dios disciplina por un tiempo hasta que nos restaura, luego no más. El propósito de la disciplina no es un castigo, no es un juicio. No hay juicio para los hijos, hay disciplina hasta que aprendamos lo que el Padre quiere que aprendamos, terminado de aprender lo que quiere que aprendamos, nos saca de donde nos metió, y nos saca con honra, prosperidad y honor. Los hijos de Dios no sufren en vano, aún nuestro sufrimiento es con propósito. Sufrimiento con propósito. Escriba en el próximo libro: En la iglesia con propósito, hay sufrimiento con propósito. Nosotros no sufrimos en vano; no hay una sola lágrima que baje por estas mejillas que sean en vano. Dios no aflige voluntariamente a los hijos de los hombres, lo hace porque tiene que hacerlo. No era el 31 de diciembre, era el 13 de febrero, según Dios (refiriéndose a esta palabra).

Escucha palabra de Jehová pueblo, Dios peleará contra tu Labán, y le hará saber quién eres tú para él, porque llegó el año veinte, el año que se completó tu prueba y llegó tu liberación, ni un día más después del día señalado en la soberanía del propósito eterno del Padre. Ya te dijo que, si antes no te atrevías por temor a violar su voluntad, ahora es él que te envía a salir. El Señor reprenderá tu Labán como lo hizo con el suegro de Jacob, y no permitirá que te siga haciendo daño. Nadie más abusará de ti, si tú lo crees, en el nombre de Jesús.

Cuando Jehová el Dios del cielo me daba este mensaje para todos nosotros, me dio una visión y digo aquí: Veo a muchos hermanos escapando de iglesias donde los abusaron y explotaron por muchos años, usaron sus dones, talentos, liderazgo y dinero para enriquecer a ministros o líderes que eran Labanes y Faraones, pero este año llegó su liberación. ¿Cuántos hermanos están oprimidos? ¿En cuántas organizaciones hay faraones y Labanes explotando al pueblo? Lo dejan sin leche y sin lana, usan sus dones para propósitos de ellos, para hacer infraestructuras, para hacerse un nombre, y mientras ellos se exhiben en los medios, el pueblo paga para que ellos quieran ocupar el lugar de Dios. Dios dice: «Salid de en medio de ellos pueblo mío» dice el Señor. «Salid de la confusión de Babilonia y de la opresión de Egipto; escapad de la explotación de la casa de Labán. Les proveeré de pastores conforme a mi corazón que los pastorearán con amor desinteresado, que solo verán en ustedes el precio de la redención, lo que el Señor pagó por vuestro rescate con la sangre preciosa de su Hijo». ¡Celébralo iglesia! Año de la liberación… Año de la liberación.

Vivo yo, dice Jehová, que sacaré a mis ovejas de las manos de los opresores, oportunistas y comerciantes de los púlpitos y las traeré a mi redil, a mi rebaño donde serán cuidadas, alimentadas y protegidas. Hay pastores como Jacob, sirviendo a sistemas religiosos abusivos y explotadores, pero este año Jehová los saca de allí. ¿No te he dicho que si creyeres verás la gloria de Dios? Esto se cumple para todo aquel que lo cree; esto no se va a cumplir para todo el mundo, sino para aquel que lo cree.

Sigo aplicando la palabra: Veinte años esperó Israel a un libertador que pusiera fin a la opresión de Jabín. La opresión de Jabín contra Israel era diferente a la opresión de Labán con relación a Jacob. Ésta era una opresión militar no familiar, laboral o económica, esta opresión fue el resultado de dejar al Señor y servir a los dioses cananeos. La Biblia dice que Jehová los vendió en mano de Jabín, rey de Canaán (Jueces 4: 2). Vender es la palabra hebrea makar que significa vender como mercadería; entregar, someter. Un ejemplo es una hija que se da en matrimonio para esclavitud. Es decir, como cuando un padre tenía que dar una hija en matrimonio porque no podía pagar una deuda, y la daba como esclava, la vendía. Así vendió Dios a Israel en mano de los enemigos. Dios permitió que Jabín oprimiese a Israel por veinte años. Esto lo hizo como castigo, como disciplina por su idolatría y por hacer lo malo delante de sus ojos. Pero en el año veinte del dominio de Jabín sobre Israel, Dios levantó tres libertadores, estos fueron: Débora, Barac y Jael, y liberaron a Israel de la mano de su poderoso opresor.

El año veinte una vez más es usado por Dios como el año de la liberación o el fin de la opresión de los enemigos. En el año veinte se completó el tiempo señalado y determinado por la soberanía de Dios como disciplina para su pueblo. El Señor lo convierte en el año de su liberación. Jabín significa inteligente; Sísara significa orden de batalla. Quiere decir que la inteligencia y la destreza militar se estaban usando en contra del pueblo de Dios. Pero Dios levantó a Débora. Débora significa abeja, avispa. Dios le dijo a Israel: Enviaré delante de ti la avispa, que eche fuera al heveo, al cananeo y al heteo, de delante de ti” (Éxo 23:28) Débora es como una avispa que cuando te muerde, deja el aguijón. Barac significa relámpago. Dios usa los relámpagos para destruir y mostrar su gloria (Sal 18:14; 144:6; Zac 9:14). Jael significa cabra montés (la idea es que se trepa), y se trepó sobre Sísara y le metió la estaca en la cabeza.

En el año veinte Dios liberó a Jacob de un problema de relación familiar y laboral, pero la liberación contra Jabín y Sísara era diferente, era liberación de un enemigo opresor. Esta opresión fue el resultado de la desobediencia, de la rebelión contra el Señor por haber dejado sus caminos. Hay muchos hermanos que se han apartado del Señor y han tenido que sufrir el yugo de los Jabines y de los Sísaras por haberse apartado del Señor. Pero en este año 2020 el Señor anuncia que terminó su opresión, serán libertados de la tiranía de sus enemigos, los verán entrar por esa puerta y por las puertas de las iglesias diciendo: «Hermanos, perdónenme, me aparté de Jehová y he tenido que sufrir mucho, pero Jehová me vuelve a su casa». El Señor enviará este año a las Déboras o sea las avispas, y a los Barac los relámpagos y también a las cabras monteses los Jaeles. El Señor se suscitará libertadores que te liberarán del dominio de los opresores. El Señor tiene lista la estaca y el mazo para traspasar las sienes de tu opresor, tu Sísara.

Escucha palabra de Jehová: Terminó tu culpabilidad por haberle fallado al Señor. Libérate de la culpabilidad, ya Dios te perdonó, ya Dios te rescató en este año, porque ya cumplió el propósito. Te humilló, te quebrantó, te hizo ver tu error, ya, ya no te culpes más, tus pecados te son perdonados, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús. Terminó tu culpabilidad por haber fallado al Señor, Dios tu Padre que te ha disciplinado. Por veinte años (estoy usando el veinte como cuando se completa un ciclo) hoy te dice, canta con Débora el cántico de tu liberación (léanse a Jueces 5 y lean el canto de Débora) porque ese cantico hay que cantarlo este año.

Jabín significa inteligente, y Sísara campo de batalla, esto contrasta con las armas naturales que Dios uso: Débora avispas, Barac relámpago, y Jael cabra montés. Las armas de Dios son espirituales poderosas en Dios para destruir fortalezas. En el año 2020 los débiles de Dios vencerán a los fuertes del mundo. Escucha palabra de Jehová, la debilidad se impondrá a la fortaleza del mundo, porque vuestra fe ha vencido al mundo. Veo que el Señor nos va a sorprender en el 2020, porque usará cosas pequeñas y personas insignificantes para liberarnos de personas poderosas y diestras e inteligentes. Se van a maravillar cómo Dios con lo sencillo, con las armas sencillas vencerá a los poderosos. Los yugos de los opresores se romperán con el poder de la unción, se harán pedazos. Veo (mientras escribía lo veía) salir del fuego intactos como los jóvenes hebreos, el fuego sólo logrará quemar tus ataduras para que sean librados del mismo y de sus enemigos. El fuego solamente quemará tus ataduras este año. Así terminamos con Jabín.

Veinte años esperó Israel su liberación por medio de Sansón, pero su obra nunca llegó a completarse de la manera como el Señor esperaba. Sansón, por su carnalidad e insensatez, no logró terminar el propósito de Dios. El ángel anunció a su madre: He aquí que tú eres estéril, y nunca has tenido hijos; pero concebirás y darás a luz un hijo. Ahora, pues, no bebas vino ni sidra, ni comas cosa inmunda. Pues he aquí que concebirás y darás a luz un hijo; y navaja no pasará sobre su cabeza, porque el niño será nazareo a Dios desde su nacimiento, y él comenzará a salvar a Israel de mano de los filisteos” (Jue 13:3-5). Nota que el escritor dice “comenzará a salvar a Israel de mano de los filisteos” (v. 5), no dice que terminará. También dice más adelante: Y el Espíritu de Jehová comenzó a manifestarse en él en los campamentos de Dan, entre Zora y Estaol” (v. 25). Es decir, que desde el principio el autor bíblico nos deja ver que el nazareo no terminará lo que había comenzado.

Con su fuerza física, Sansón mató un león, también a muchos de los filisteos que como pueblo eran más fuertes que Israel, pero fue vencido por sus propias debilidades. La mujer que usaron los filisteos para vencerlo se llamaba Dalila que significa languidecer. El nombre Dalila viene de la raíz hebrea dalál que significa aflojar o ser débil, de manera figurada ser oprimido, opresión, abatir, afligir, agotar, atenuar. Es increíble que una mujer cuyo nombre significa debilidad venció al fuerte. En la vida de Sansón ocurrió lo más extraño, la fuerza fue vencida por la debilidad. Como Dios no pudo usar su fuerza para vencer a los enemigos, usó su debilidad.

Sansón se pasó la vida jugando con la unción y su fuerza, haciendo apuestas, proponiendo enigmas, diciendo mentiras y declarando falsas revelaciones. Lo hizo varias veces, y al final a él lo usaron como un juguete (Jueces 16:21-25). Mas, lo peor de todo es que esto fue usado para deshonrar a Dios. Cuando lo trajeron ciego para burlarse de él y darle culto a su dios, porque según ellos había entregado a Sansón en sus manos, la oración de Sansón revela el grado de su inmadurez. Aun muriendo no supo orar. Sus últimas palabras fueron: “¡Muera yo con los filisteos!” (Jue 16:30). Con su muerte, Sansón mató a los adversarios y también a su peor enemigo, él mismo, pues murió con los filisteos. El año veinte de su nazareato no fue para Sansón el año de la liberación, sino el año de su tragedia. El plan de Dios era que fuera el año de la liberación de su pueblo, pero se convirtió en el año de la tragedia, justamente porque no supo administrar su vida y no fue consecuente con Dios; ¡cuidado! Su patética historia termina con una aseveración: Así que los que mató al morir fueron más que los que había matado durante su vida” (Jue 16:30). El propósito de Dios con Sansón no consistía solamente en matar filisteos, sino en liberar completamente a su pueblo Israel del dominio de sus enemigos. Él comenzó la obra, pero no la terminó; Israel no fue liberado totalmente de sus enemigos. Veinte años esperó Israel su liberación por medio de Sansón, pero su obra nunca llegó a ser terminada.

En la aplicación profética, el Espíritu anuncia que algunos como Sansón, por su debilidad de carácter, perderán la oportunidad de liberar y de ser liberados en el año de la liberación. Por ser indolentes e inconsecuentes, desaprovecharán la oportunidad de terminar con honra, y su fin será deshonra; fueron llamados a salvar a otros, pero ni a ellos mismos podrán salvarse. El año veinte significa lo que doblemente está completo, implica que no falta nada, por eso representa una liberación terminada absolutamente, no parcialmente o casi completa. Lo único que Sansón completó fue su muerte, venció a muchos enemigos, pero no a todos, su victoria fue parcial. Como su victoria fue parcial no logró concluir la liberación de su pueblo. El año veinte en el caso de Sansón fue un fin sin fin, terminó con su vida, pero no con el propósito. El que no vive para el propósito muere sin propósito. La vida de Sansón fue tan extraña y contradictoria que en el año veinte que siempre representa lo doblemente terminado o completado, pierde su simbología, porque su obra quedó inconclusa.  Éste fue elegido para liberar, y en el año veinte donde debió completarse la liberación, no se logró, sino parcialmente, lo único que se terminó fue su vida.

Cuando estaba escribiendo, tuve que terminar con esta triste advertencia. Por varios días he rehusado a decirlo, pero hoy debo hacerlo, y es que lo sucedido con Sansón se repetirá en un sin número de personas este año 2020; sus vidas terminarán, pero sus obras no, otros tendrán que reemplazarlos porque ellos por su debilidad de carácter no podrán concluirlas. Dios quiere que mueran los enemigos, no nosotros con ellos. Este mensaje no debe intimidarnos, asustarnos o acondicionarnos, sino retarnos. Dios dice a estos hermanos: Dejen ya de jugar con la unción, el llamado y el propósito de Dios con nuestras vidas. No tienes que morir este año con tus enemigos, dice tu Dios. Vuelve a la seriedad y al compromiso con tu Dios. Tú eres débil como Sansón, pero yo soy fuerte, yo soy el fuerte de Jacob, te dice Dios. No seas como Sansón que puso su confianza y seguridad en el poder de su unción y no en el Dios de su llamamiento. Dios quiere que este año sea el año de tu liberación, pero no el fin de tu vida.

Veinte años esperó el Arca del pacto en Quiriat-jearim estancada allá, estacionada. Israel lamentaba y gritaba a voces endechando, preguntando ¿por qué? El Arca estuvo en Silo por trescientos años, el período de los Jueces, este tiempo fue horrible en la relación de Israel con Dios; fue un tiempo de rebelión y apostasía, al final el pecado de la casa de Elí colmó la copa. Dios por los pecados de los hijos de Elí usó la locura de Israel de traer el Arca de Silo a Eben-ezer al campo de batalla contra los filisteos. El propósito era revelar que él iba a someter su gloria a cautividad por los pecados de Israel (Salmo 78:56-61) ¿Saben que hizo Dios? Sometió su gloria a esclavitud cuando la llevó a la tierra de los filisteos; Jehová prefirió estar en un templo pagano, siendo humillado, que quedarse en una casa donde el sacerdocio estaba corrompido.   El Arca estuvo en cautividad no solo en la tierra de los filisteos, sino también los veinte años que estuvo en Quiriat-jearim. Yo interpreto que su cautividad comenzó antes. Pero vemos luego que … despertó el Señor como quien duerme, Como un valiente que grita excitado del vino, E hirió a sus enemigos por detrás; Les dio perpetua afrenta. Desechó la tienda de José, Y no escogió la tribu de Efraín, Sino que escogió la tribu de Judá, El monte de Sion, al cual amó” (Sal 78:65-68). O sea, él dijo: ¡Ya basta! Y se levantó Dios y gritó, y salió en defensa de su presencia, de su gloria y poderío. Dios se despertó como quien duerme profundamente y despierta a la realidad que le circunda y destruyó a sus enemigos; desechó a Efraín y eligió a Judá la casa de David, a donde llevó su Arca.

El Arca representa la gloria de Dios en Israel, y su cautividad representa el enojo de Dios, quien apartó su diestra de su pueblo. Mas, cuando llegó el fin de los veinte años, Dios usó a David para llevar el Arca a Jerusalén, y luego a Salomón para llevarla al lugar de su permanente reposo, y ahí Dios puso su nombre, sus ojos y su corazón (2Cr 7:16). Y lo que veo e interpreto es que, en la vida de muchos hermanos, iglesias y ministros, la gloria de Dios ha estado en cautividad. Éstos ya no sienten la presencia, ni la dirección de Dios; no se pueden concentrar en lo espiritual, no son efectivos en su tiempo de oración y comunión. Tampoco están fluyendo en la palabra y sienten que su lámpara se está apagando, están turbados y neutralizados, tienen la sensación de que Dios se ha apartado de ellos, que no oye ya sus oraciones como antes; sus vidas están agotadas, son ineficaces.

Mientras escribía mis notas de este mensaje profético, recibí un texto de uno de los ministros con quien caminamos juntos, y compartimos en un chat en WhatsApp, con la noticia sobre el pastor estadounidense, Howard-John Wesley, de la iglesia Bautista de Alfred Street en Alexandria (Virginia, USA). Este ministro sorprendió a su congregación al anunciar su renuncia temporal al ministerio explicando que “se sentía cansado, vacío y lejos de Dios”. La gente piensa —decía él el día de su renuncia— que porque trabajas para Dios siempre estás cerca de Dios, y que cuando más ocupado estás más importante eres, eso no es así. Alfred Street Baptist Church es una iglesia histórica con más de diez mil miembros, y es pastoreada por Wesley desde el 2008. Es muy peligroso tratar de llenar —dijo él— las vidas de las personas cuando tu propia vida está vacía. Expresó el pastor que se va a retirar por un tiempo sabático para recuperarse emocional y mentalmente. Él dijo: «Estoy tan cansado de una manera tal que con una noche de sueño no se arreglará, estoy cansado en mi alma». Esta noticia ha producido diversas reacciones de asombro, pero también como sucede en estos casos, de juicios y comentarios sobre las posibles causas, pero yo veo en el pastor Wesley un referente profético. En él Dios está revelando una condición espiritual prevaleciente en esta generación. Los afanes de esta vida, los engaños de las riquezas y las otras cosas, entretenimiento etc. están ahogando la semilla de la palabra en la iglesia y en nosotros los ministros.

Volviendo a nuestra aplicación, vemos el Arca de Jehová, cautiva en tierra de los filisteos, mal administrada por los levitas de Bet-semes y estacionada por veinte años en Quiriat-jearim. Pero Dios anuncia que su presencia y su gloria saldrá de la cautividad y no estará más estacionada ni paralizada, él moverá la nube de su presencia y de su gloria. Cuántos tienen su “arca” en Quiriat-jearim estacionada, estancada por muchos años, lamentándose delante de Dios. ¡Qué triste es orar y no ser efectivo! Decir: «Antes yo adoraba y sentía la presencia, la palabra, la revelación, todo flotaba en mí, andaba en el espíritu, pero ahora estoy seco como el monte de Gilboa». Por lo cual, profetizo que viene gloria, manifestación de su presencia, búsqueda sincera y profunda de Dios. Volveremos a la intimidad y a la comunión con Dios. El cielo se percibirá cerca, experimentaremos lo eterno, Dios soplará vida sobre su pueblo; él terminará con el cansancio, el sueño, el letargo, la apatía, la indiferencia, el conformismo etc., y con todo estado decadente. El tabernáculo de Dios se verá otra vez en la vida y el ministerio de la iglesia. Seremos saciados con lo mejor del trigo, del mosto y del aceite. Habrá abundancia de todo don celestial en la casa de Dios. Se cumplirán las palabras del profeta Zacarías: En aquel día Jehová defenderá al morador de Jerusalén; el que entre ellos fuere débil, en aquel tiempo será como David; y la casa de David como Dios, como el ángel de Jehová delante de ellos” (Zac 12:8).

Dios anuncia que en el año 2020 el Arca sale de Quiriat-jearim y es trasladada a la ciudad de Dios y al templo de Dios. En otras palabras, el Arca llegará al lugar de su reposo donde Dios pondrá “su nombre, sus ojos y su corazón”. Termina la cautividad de la gloria de Dios en vuestras vidas, viene un tiempo de gloria, de presencia y de manifestación del espíritu, de comunión; las trabas son quitadas y los impedimentos. Dios soplará vida, el Señor despertará como quien duerme, como un valiente que grita excitado del vino, viene el río de Dios, él producirá hambre y sed de su presencia. Volveremos a la gloria, volveremos a la comunión, volveremos a la presencia, volveremos al año del refrigerio de la presencia de Dios. Eso es lo que Dios quiere hacer este año. Y el año veinte no es necesariamente 365 días, es un tiempo que comienza ya. [Les confieso que iba a dejar esto para el domingo porque estaba perdiendo la fuerza, pero de momento vino la fuerza para testificar que esta palabra es fiel y verdadera] ¡Celebra la gloria de Dios! ¡Celebra la gloria de Dios! Yo me fortalezco en Dios y en el poder de su fuerza. Tendré fuerza de búfalo, seré ungido con aceite fresco. Terminará Dios en ti y en mí lo que comenzó, corramos bien, corramos bien.

Estamos en tiempo de cumplimiento y liberación. Pero como dice la palabra de Dios, el quebrantamiento y la humillación precede a la gloria. Jacob fue afligido en gran manera antes de su liberación, también Israel antes de liberarse del yugo de Jabín, dice que clamaron a Jehová con gran aflicción. Lo mismo aconteció a la casa de Israel en los veinte años de cautividad del Arca, todo Israel lamentaba y endechaba en pos de Jehová. Fíjense que antes del año veinte hubo aflicción, humillación, quebrantamiento, y eso sucederá con nosotros y ya comenzó. Por eso han pasado siete semanas y restan sesenta y tres.

David fue humillado, afligido y quebrantado cuando no llevó correctamente el Arca. ¿No fue afligido David a tal punto que hasta dijo: yo voy a dejar esto?  Fue afligido y después ¿qué hizo? Danzó con gran fuerza. Nehemías se humilló por tres meses, nosotros estaremos hasta abril del 2021. En este tiempo va a haber ayuno, oración, clamores, prepárense que no va a haber aplausos, va a haber rodillas; buscaremos a Dios. Nehemías por tres meses estuvo humillado, pero en todos los casos, en el año veinte terminó la opresión, la vergüenza, y el oprobio, entonces vino el gozo de la liberación. Débora canto su cántico de victoria; David danzó con todas sus fuerzas; Jacob levantó un altar que llamó El-Elohe-Israel (Gen 33:20) que significa el Dios-el Dios de Israel; Nehemías celebró la construcción del muro con una gran fiesta y algarabía.

Los enemigos se burlaron de Nehemías, y Tobías amonita dijo: Lo que ellos edifican del muro de piedra, si subiere una zorra lo derribará” (Neh 4:3). Pero en Nehemías 12 se narra que en el día de la dedicación del muro, que fue construido en cincuenta y dos días, dice Nehemías: Hice luego subir a los príncipes de Judá sobre el muro, y puse dos coros grandes que fueron en procesión; el uno a la derecha, sobre el muro, hacia la puerta del Muladar […] El segundo coro iba del lado opuesto, y yo en pos de él, con la mitad del pueblo sobre el muro, desde la torre de los Hornos hasta el muro ancho” (Nehemías 12: 31,38). Así que no fueron zorras, sino príncipes y sacerdotes, y dos coros de levitas cantando ¡para siempre es su misericordia! El hombre metió a todo el pueblo, todos los cantores, todos los levitas, todos los príncipes y el pueblo entero, y formaron dos coros cruzándose entre sí.  ¡Ah! Si a este muro una zorra lo va a derribar, qué pasará cuando todo el pueblo dance sobre el muro. Y eso es lo que viene, eso es lo que viene…

¿Ven ustedes por qué este mensaje tenía que ser predicado en debilidad? Para representar que Dios vencerá con debilidad a los fuertes. Tú eres débil, pero Dios es fuerte. Nunca el pueblo de Dios ha ganado por sus fuerzas y sus armas, siempre con la fortaleza de Dios. No se burlarán más de ti diciendo: una zorra va a derribar lo que tú hiciste, porque tú le vas a decir: yo voy a danzar sobre ese muro. Este es el año donde vamos a danzar sobre el muro ¿por qué? Porque el muro es un emblema de este año. ¿Por qué? Porque dice las setenta semanas que en las primeras siete el muro será edificado en tiempos angustiosos; y ya Dios nos está mostrando las primeras siete semanas en tiempos angustiosos, pero para edificar el muro.

El pueblo fue quebrantado, Nehemías también, los enemigos se burlaron: ¿en cincuenta y dos días? Yo le pregunté a un arquitecto: ¿Crees que se puede hoy construir un muro en cincuenta y dos días? Él dijo: Yo lo dudo. En China hicieron un hospital en dos semanas, pero no es lo mismo un hospital que un muro, ya que en ese tiempo no había máquinas, sino piedra y madera, ¡ay! era difícil amados. Pero nada es imposible para Dios. Nehemías se humilló por tres meses, pero en todos los casos en el año veinte terminó la opresión, la vergüenza, el oprobio y vino el gozo de la liberación. Dios se burló de los enemigos ¿cuántas zorras cantaron sobre el muro? El muro representaba el fin de toda la obra de la reconstrucción de Jerusalén, fue lo último que se hizo, el muro.

Aconteció después que el rey Artajerjes dio el decreto en el año veinte de su reinado. Es muy notable que tanto Nehemías como Esdras se humillaron delante de Dios e hicieron que el pueblo hiciese lo mismo. El año veinte será un año de humillación, pero también de gloria. El fin de la opresión y la vergüenza será el resultado de la humillación y el quebrantamiento. Termino diciendo: si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra” (2Cr 7:14). Seremos más grandes de rodillas… Seremos más grandes de rodillas. Los enemigos nos provocan y nos llevan a humillarnos, y humillados delante de Dios, expresando y revelando nuestra pobreza, nuestras limitaciones, nuestra impotencia, entonces recibimos la asistencia de nuestro Dios.

¡Viene gloria! ¡Viene gloria! Pero antes viene humillación, viene quebrantamiento. Los cristianos solamente somos grandes cuando nos humillamos delante del grande. Vienen tiempos gloriosos. El año veinte es el año de la liberación, de la completación, de la finalización de todo lo que es opresión y vergüenza; es el año de liberación.

«Padre bendito y Dios eterno, yo veo una señal en mi cuerpo. No solamente vi por siete semanas la señal de debilidad, sino que hoy tú permitiste que fuese el día peor. Tú sabes el conflicto que yo viví por siete semanas, pero más el día de hoy… ¡Señor! ¿Qué le diré al pueblo si yo no predico este mensaje, cuando me dijiste en sueño, faltan dos semanas? Hasta vine diciéndole a un predicador: «Prepárate porque yo no sé si voy a llegar», porque hoy fue el peor día de las siete semanas, en cuanto a debilidad. Cosas que no había sentido otros días, algo muy extraño. Dije: quizás doy la introducción y luego terminaré después, y he terminado con más fortaleza. Señor Dios, porque soy una señal profética.

[Amados, Dios quiere que no olvidemos lo que dijo al principio; todo el año diecinueve nos dijo que el año veinte iba llegar lo completo, pero cuando llegó el año veinte no estábamos listos, por eso Dios nos privó del mensaje por siete semanas, y nos humilló y nos quebrantó para enseñarnos con una experiencia lo que él dijo: Llegó el momento del alumbramiento y la que va a parir no tiene fuerzas. Llegó el año veinte ¿estamos listos? ¿Estamos preparados? ¿Recibiremos este mensaje con la misma liviandad que otros o lo vamos a tomar en serio?]

» Por eso usaste el ejemplo de Sansón, para dejar una nota. Las demás narraciones y ejemplificaciones son de triunfos, pero Sansón cuando llegó el año veinte dejó inconclusa su obra porque jugó con la unción, no fue consecuente. Señor que a nadie le suceda esto este año, a nadie Señor. Yo encomiendo a ti mi vida, la de mi casa, la vida de los ancianos, de los líderes, de los intercesores, de los ministros del altar, de todos los niños, jóvenes, todos no solamente de El Amanecer de la Esperanza, sino de la iglesia tuya en general en el mundo Señor.

» Yo sé que viene un 911 muy fuerte, que vienen días complicados y difíciles Señor. Esta nación será sacudida y el mundo será sorprendido y no va a haber solución, no va a haber una vacuna para las plagas que vienen, va a ser algo terrible Dios mío, ayúdanos a levantar nuestras cabezas. Tú decidiste hacerlo por medio de la iglesia. Que despertemos, que velemos, que seamos sobrios; despierta nuestro espíritu, que venga ese tiempo de refrigerio, despiértanos, Dios, del sueño en que estamos, del entretenimiento, por favor que nos volvamos a ti, por favor…

» Gracias. Yo te doy gracias por darme la fuerza para exponer esta palabra, he terminado la obra que me diste que hiciese, no nos negaste la palabra, nos mantuviste en una santa expectación. El pueblo ha respondido hoy, ha venido Señor. Nos llevamos la palabra, creemos a la palabra, nos saturamos de la palabra. Salimos de aquí para vivir toda palabra que ha salido de la boca del Señor. Señor llegó la liberación la vamos a celebrar, nos humillaremos delante de ti y celebraremos juntos la gloria de Dios.

» Yo bendigo a tu pueblo en tu nombre, en tu palabra y en tu pacto y al resto de tu pueblo en las naciones. Benditos sean tus ministros, que sean llamas de fuego, que se despierte la iglesia, danos el milagro de Pentecostés, que todas las denominaciones lleguen a ser el cuerpo de Cristo, lo que son y nos unamos todos y como una sola voz profética Señor, podamos predicar este Evangelio al mundo entero. Hoy terminamos diciendo “Venga tu Reino y hágase tu voluntad en la tierra como se hace en el Cielo” habla Señor que tus siervos oyen. En el nombre de Jesús.  ¡Aleluya! Amén.

JRF/mm

  1. 21 May, 2020

    He leido todo cuidadosamente de esta profesia, tremendo mensaje. Ha sido para mi sorprendente y lo digo por ciertas circunstancias que estoy pasando y he estado inquieta hace un tiempo, y no es casualidad que me haya conectado en este tiempo escuchando al principio los mensajes del Pastor Juan Radhames F., y ahora leyendo esta profesia es verdaderamente Dios hablando atravez del Pastor, un verdadero profeta de Dios para la gloria y honra de nuestro DIOS. Este mensaje en parte me ha estado fortaleciendonen ciertas areas que he estado atravesando por un tiempo, Dios sabe como me estababa sintiendo, digo estaba porque ya leyendo y terminando este mensaje le pido a DIOS me siga iluminando y me lleve donde EL quiera, que si es su voluntad solo sè esperar y confiar, y que me dirija, que no importa la distancia si es su voluntad que sea parte de su ministerio Amen. Pero quiero aprender a discernir y saber cuando Dios me habla.Estoy bien atento y presente en los cultos grabados que se estan dando por youtube y me estan siendinde mucha bendicion ybaprendizaje en la palabra. Dios siga usandonal Pastor Juan R. F. Sigo irando por el. Dios los bendiga y haga resplandecer su rostro sobre el tenga paz. Dios tiene control de todo.

    • 22 June, 2020

      Dios te bendiga estimada hermana Isabel. Gracias por dejar sus comentarios. Shalom!

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